22.07.2019
PADRE PIERINO: No tengas miedo del rugido del león, prepárate para huir: Jesús está al final de la calle, para abrazarte fuerte a su Corazón con amor.
Non aver paura del ruggito del leone, sii pronto a fuggire: Gesù è in fondo alla via, per abbracciarti stretto al suo Cuore con amore.
PADRE PÍO:
Jesús te conceda escuchar cada vez más en tu corazón, al igual que a todas las almas que lo aman con sinceridad y pureza de corazón, su invitación tres veces amorosísima: «Mi yugo es suave y mi carga ligera». Esta dulcísima invitación del divino Maestro te consuele en tu nueva prueba, o, mejor, en ese crecimiento de los favores divinos en ti. Y se puede decir muy bien que este nuevo estado tuyo es un favor singularísimo del Señor, favor que el Señor no suele otorgar sino a aquellas almas fuertes, que su misericordia las hace más gratas a Él.
Alégrate, por tanto, también tú conmigo por tan insigne bondad de nuestro buen Dios. ¡Oh!, Raffaelina, qué dulce y estimulante es para un alma saberse, sin mérito propio, elevada por este dulcísimo Padre nuestro a tanta dignidad. ¡Oh!, abre tu corazón a este Padre, el más amoroso de todos los padres, y déjale obrar libremente. No seamos avaros con quien nos enriquece en demasía y cuya liberalidad no pone nunca fronteras, ni conoce metas, ni pone límites.
(4 de marzo de 1915, a Raffaelina Cerase – Ep. II, p. 368)
No hay comentarios:
Publicar un comentario