3.10.2017
PADRE PIERINO: El Ángel custodio es como una mamá que cuida siempre, con premurosa atención, para custodiar a su niño. El Ángel custodio es como un papá, que defiende con prontitud a su niño de toda molestia. El Ángel custodio, junto a Jesús, vigila, custodia y protege a cada uno de nosotros en el camino hacia el Cielo.
L’Angelo custode è come una mamma che bada sempre, con premurosa attenzione, a custodire il suo bambino. L’Angelo custode è come un papà, che difende con prontezza il suo bambino da ogni molestia. L’Angelo custode, insieme a Gesù, vigila, custodisce e protegge ognuno di noi nel cammino verso il Cielo.
PADRE PÍO:
Jesús sea siempre todo tuyo, y el padre san Francisco te recompense todo el bien que intentas hacer a las almas de nuestro país, animándolas a combatir bajo su santo estandarte. Dejo que te imagines la alegría y el consuelo que ha sentido mi corazón al conocer el florecimiento religioso que se está promoviendo por medio de la TerceraOrden franciscana.
He llorado de emoción y de consuelo; y, en el silencio de la noche y el retiro de mi celdita, he levantado muchas veces mi mano para bendeciros a todas y para presentaros a Jesús y a nuestro padre común san Francisco, para que os hayan mirado como a su descendencia elegida y para que, por medio de vosotras, vuelvan a llamar a muchas otras almas que, pobrecitas, perdido el camino de la justicia y de la santidad y apagada en ellas la fe, se mueven errantes, como meteoros perdidos por el firmamento, por sendas extraviadas. Que la estrella de Jesús Niño ilumine también a estas almas y las conduzca hasta él, pastor y único padre de todos.
No te canses de propagar la Tercera Orden y de ofrecer a todos por este medio la vida verdadera. Haz conocer a todos a san Francisco y su verdadero espíritu. El mérito que tendrás reservado allá arriba será grande; pero recuerda también que también es grande la responsabilidad que asumes ante Dios y ante tu conciencia, si no te esfuerzas por secundar este viento favorable de la gracia, que sopla con fuerza en ti y en nuestro país.
Sé, pues, siempre fiel a Dios en el cumplimiento de las promesas que le has hecho, y no te preocupes de las burlas de los insensatos. Has de saber que los santos son siempre despreciados por el mundo y los mundanos, y que han puesto bajo sus pies el mundo y sus máximas.
(31 de diciembre de 1921, a Violante Masone – Ep. III, p. 1079
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