LA PRESENCIA DE DIOS EN MEDIO DE LA HISTORIA DEL HOMBRE.



A lo largo de la historia, Dios ha hablado a los hombres de muchas maneras, hoy nos ha hablado por medio de Jesucristo. Él se hace hoy presente en medio de su Iglesia, la Iglesia que él ha querido fundar. Cristo, única promesa de felicidad, se hace presente en la realidad de cada día, en cada hombre y en cada acontecimiento.

Por ello, este blog lo que pretende es reconocer a través de los hechos en la Iglesia, la presencia de Dios en medio de su Pueblo.

sábado, 7 de septiembre de 2019

Pensamiento

7.09.2019

PADRE PIERINO: Tu atención, cuando escuchas a los hermanos, debe buscar sólo las palabras que hacen bien, no debes hacer caso a aquellas inútiles y debes olvidar las palabras que hacen mal.  Está atento en hablar siempre bien.

La tua attenzione, quando ascolti i fratelli, deve cercare solo le parole che fanno bene, non deve dar retta a quelle inutili e deve dimenticare le parole che fanno male. Stai attento a parlare sempre bene.


PADRE PÍO:

Sean dadas infinitas gracias al piadoso Jesús por haber enjugado las lágrimas de su Iglesia y haber consolado la viudedad de ésta enviándole su jefe, y porque todo se ha desarrollado según el corazón de Dios. Deseemos al nuevo pontífice que sea de verdad un digno sucesor del gran papa que ha sido Pío X. Alma verdaderamente noble y santa, que Roma nunca tuvo otra igual.


Hombre del pueblo, nunca disimuló su condición humilde. Fue en verdad el pastor supremamente bueno, el rey extremadamente pacífico, el dulce y misericordioso Jesús en la tierra. Oh, nosotros recordaremos al pontífice bueno, más por tener un intercesor ante el Altísimo que para elevar al cielo nuestra plegaria fervorosa por el descanso eterno de su alma santa.


Él ha sido la primera, mayor y más inocente víctima de la guerra fratricida que nos ensordece con armas y soldados, y que llena de terror a Europa entera. No pudo resistir más el desencadenamiento de la temible tempestad; y su corazón, que había sido durante toda su vida fuente de un apostolado de paz para todo el mundo, se rompió en un estallido de dolor.


No hay duda de que él se ha ido de este mundo únicamente por el gran amor que le abrasaba el pecho.


Oremos, padre mío, por el cese de las hostilidades; desarmemos el brazo del divino juez, justamente airado contra las naciones, que nada quieren saber de la ley de amor.


(7 de septiembre de 1914, al P. Agustín de San Marco in Lamis – Ep. I, p. 582)

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