El Infierno es una de las realidades más cuestionadas y atacadas, tal vez por un mecanismo de evasión del justo castigo que espera a los que ofendamos a Dios y dejemos de aprovechar la oportunidad y las oportunidades que El mismo nos da de arrepentirnos para perdonarnos, y así poder llegar, no al Infierno, sino al Cielo.
Respecto del Infierno hay errores muy difundidos: unos creen que el Infierno no existe. Otros creen que sí existe, pero que allí no va nadie, aduciendo que Dios es infinitamente bueno. Pero no hay que olvidar que Dios es, al mismo tiempo, infinitamente justo.
Recordemos, también, que el propio Jesucristo nos habló en varias ocasiones sobre la posibilidad que tenemos de condenarnos. Y no sólo nos habló de esa posibilidad, sino que, además, varias veces nos describió ese lugar de castigo eterno. He aquí algunas descripciones por boca de Jesús:
“Los malvados ... los arrojará en el horno ardiente. Allí será el llanto y el rechinar de dientes” (Mt. 13, 42). “Y a ese servidor inútil échenlo en la oscuridad de allá afuera: allí habrá llanto y desesperación” (Mt.25,30). “Malditos: aléjense de Mí, al fuego eterno” (Mt. 25, 41).
El Infierno es una realidad innegable. De hecho, el Infierno es de creencia obligatoria para los Católicos, y es de los dogmas de nuestra fe que presenta mayor número de textos de la Sagrada Escritura que lo sustentan, en los cuales por cierto aparece con diferentes nombres (abismo, horno de fuego, fuego eterno, lugar de tormentos, tinieblas exteriores, gehena, muerte segunda, fuego inextinguible etc.).
Sin embargo según los Testigos no existe el infierno, los condenados serán aniquilados, es decir, cesarán de existir. En Marcos 9, 48 se dice: “donde su gusano no muere y el fuego no se apaga”
Otro de los graves errores de esta secta lo encontramos en la negación de la inmortalidad del alma. La Iglesia Católica afirma que si el alma no fuese inmortal no hubiese vida eterna ni salvación. La Biblia nos habla de la vida eterna y de la salvación de las almas (Cfr. Hb 10, 39; St 5,20). Pero también es verdad que la Iglesia Católica para ellos es la “Babilonia del Apocalipsis”. Sus ataques a la Iglesia Católica es uno de los cometidos de la secta. El odio a la Iglesia les lleva a la difamación y a la calumnia. Según ellos la Iglesia otorga títulos de divino y de hasta “vicediós” para el Papa. Esto no es cierto, jamás la Iglesia a dado estos títulos al Papa. Una cosa curiosa es que los sacerdotes son la personificación de la desobediencia a Jehová Dios.
Acusan a los católicos de ser pecadores ¡que descubrimiento! Prohíben, como si de una dictadura se tratase, la práctica de toda religión. Sin embargo la palabra religión viene del latin “religio”. Ser religiosos es estar atado a Dios, ser fiel a la alianza. Ser religioso es tener creencias y prácticas que expresan nuestra relación con Dios. Lo importante es saber que nuestra religión tiene que ser como Dios quiere que sea y no a nuestro propio antojo como si de una carta de restaurante se tratase.
Uno de los temas más polémicos es el de las transfusiones de sangre. Un día pregunté a una madre que si su hijo de tres meses necesitara alguna vez una transfusión de sangre ¿la recibiría? Cual fue mi sorpresa que ella respondió con frialdad: “no”. ¿En que se basan por tanto?
En Génesis 9, 4 se dice "Sólo dejaréis de comer la carne con su alma, es decir, con su sangre" y en Lev 17, 11 "Porque la vida de la carne está en la sangre, y yo os la doy para hacer expiación en el altar por vuestras vidas, pues la expiación por la vida, con la sangre se hace.
La Iglesia Católica le responde que Cristo nos enseñó que las antiguas prohibiciones de alimentos ya no tienen sentido en la Nueva Alianza. "El Reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo" (Rm 14:17). De todas formas, es difícil comprender como los Testigos deducen de la prohibición de comer sangre de animales en el A.T. la prohibición contra las transfusiones de sangre que precisamente busca salvar la vida humana. Si tuviésemos que morir por fidelidad a Dios, sería algo loable. Pero los Testigos llegan hasta el fanatismo de dejar morir a un ser querido basándose en una falsa interpretación bíblica.
El último error doctrinal que vamos a ver es considerar que “Jehová es el nombre de Dios”. Ellos toman su nombre de Isaias 43,10: “Vosotros sois mis testigos –oráculo de Jehová”. Según los Testigos, la pronunciación correcta del nombre de Dios es necesaria para la salvación. Ellos creen que la forma correcta es Jehová. El nombre de Dios, ha sido ocultado a los lectores que necesitan conocer el nombre para su salvación.
La verdad es que los Israelitas por respeto no escribían ni pronunciaban el nombre de Dios. Ellos decían “adonai” (Señor) o “Elohim” (Dios). Para escribir, en lugar del nombre de Dios ponían un tetragrama de solo cuatro consonantes y sin vocales: Y-H-W-H que no tiene traducción. En el s. III a.d algún escriturista añadió las vocales de “Adonai”, es decir, “a-o-a” al tetragrama. Esto daría, según una interpretación fallida, una pronunciación que se traduce como “Jehová”.
¡Los Testigos no solo insisten en el error sino que lo hacen indispensables para la salvación!
Que importante para el cristiano aprender y profundizar cada dia en la fe.
ResponderEliminarExcelente nota ¡