LA PRESENCIA DE DIOS EN MEDIO DE LA HISTORIA DEL HOMBRE.



A lo largo de la historia, Dios ha hablado a los hombres de muchas maneras, hoy nos ha hablado por medio de Jesucristo. Él se hace hoy presente en medio de su Iglesia, la Iglesia que él ha querido fundar. Cristo, única promesa de felicidad, se hace presente en la realidad de cada día, en cada hombre y en cada acontecimiento.

Por ello, este blog lo que pretende es reconocer a través de los hechos en la Iglesia, la presencia de Dios en medio de su Pueblo.

jueves, 24 de marzo de 2011

María en la Anunciación del Señor.

En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo». Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Ángel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin».

María dijo al Ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?». El Ángel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios». María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho». Y el Ángel se alejó.
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En la celebración del día de hoy ponemos nuestros ojos en María, nuestra madre y maestra en la fe. Nos situamos ante el pasaje de la Anunciación, momento en el que cambió la historia de toda la humanidad, Cristo, aunque era Dios, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, se hizo hombre para nuestra salvación y redención cumpliendo así la voluntad del Padre. Como bien nos relata el pasaje evangélico estaba María en su pequeña casa de Nazaret en oración. María no era consciente de lo que iba a ocurrir pero en pocos minutos iba a suceder el acontecimiento más importante de la historia de la humanidad, Dios se iba a hacer hombre en su seno. El mismo Dios iba a tomar la carne de María para hacerse hombre. En ese momento el Ángel entra en su presencia transmitiéndole lo más grande que Dios le ha podido conceder a una mujer, ser la llena de gracia “María has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús”. Era normal que Dios mismo en el momento en que María fue concebida la preservara del pecado original, porque de esta forma la fue preparando su misión en la tierra, ser la madre del Salvador del mundo. Él que es el Santo de los Santos tenía que nacer en un seno santo, el de María. Por eso es proclamada por el Ángel como la llena de gracia.

María estaba asombrada ante estas palabras del ángel porque se reconocía tan pequeña, tan sencilla y tan humilde que no podía entender como Dios la había elegido para tal misión. Esta es la humildad de María, se reconocía tan necesitada de Dios y tan insignificante que no podía entender cómo Dios podía enviarle un ángel.  El ángel, ante el asombro, le va a decir que el Espíritu Santo vendrá sobre ella inundándola por completo y que la fuerza del altísimo la cubrirá con su sobra. Esto colma de paz el corazón de María y descubre la presencia de Dios en su vida, se fía plenamente de Dios porque la experiencia que había tenido de Él no era otra que la de no haberse sentido nunca abandonada de las manos de Dios. Si Dios nunca la había abandonado ¿Cómo la iba a abandonar en estos momentos tan difíciles? Aunque ella pensaba que era imposible sabía bien en su corazón que para Dios nada había imposible. Sin dudarlo en ningún momento, sabiendo que esto podía tener repercusiones en el pueblo y con José,  proclamó esas palabras bellísimas  que toda la humanidad estaba esperando con inquietud “He aquí la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra”. María proclamó con solemnidad el hágase en mí lo que tú dices. Ese es el fíat que ha cambiado la historia de toda la humanidad. Estamos ante un día de acción de gracias a nuestra madre por tantos bienes concedidos, por haberse fiado plenamente de Dios. María nos enseña a abandonarnos siempre en las manos de Dios a pesar de que en algunos momentos de nuestra vida no lleguemos a comprender el porqué de la voluntad de Dios en nuestra vida. Dejemos con humildad que sea él quien guie las riendas de nuestra vida, sabemos bien que nuestra vida sin el Señor carece de sentido y es imposible.  

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