¿Crees que se aburren los enamorados de estar juntos, de hablar, de confesarse su cariño? ¿Crees que el Señor se cansaría de mirar a su Madre, de hablar con Ella, de decirle sus amores? El amor ni cansa ni se cansa. Y en el amor a la Virgen todo se te ha de hacer poco. Cada avemaría, cada gloria, cada misterio de tu rosario deberían ir cargados de una especial ternura y delicadeza, ni siquiera atenuadas por la repetición rutinaria. Aunque se te amontonen las ocupaciones o te pueda la desgana, nunca dejes tu rosario diario. Y si puedes, mejor rézalo en familia. De la mano de María, verás cómo la contemplación de los misterios de Cristo va empapando tu alma y se van imprimiendo en ella los rasgos del Hijo. Cuando te abrumen las preocupaciones, cuando te pesen tus pecados y caídas, cuando todo te resulte desabrido y monótono, cuando la tentación o la desgana espiritual asomen en el horizonte de tu vida interior, agárrate al rosario y descansa en el regazo de tu Madre. Sé fiel en el cariño a la Virgen como Ella lo es a su condición de Madre.Páginas
LA PRESENCIA DE DIOS EN MEDIO DE LA HISTORIA DEL HOMBRE.
Por ello, este blog lo que pretende es reconocer a través de los hechos en la Iglesia, la presencia de Dios en medio de su Pueblo.
viernes, 7 de octubre de 2011
¿te aburre el rosario?. Nuestra Señora del Rosario
¿Crees que se aburren los enamorados de estar juntos, de hablar, de confesarse su cariño? ¿Crees que el Señor se cansaría de mirar a su Madre, de hablar con Ella, de decirle sus amores? El amor ni cansa ni se cansa. Y en el amor a la Virgen todo se te ha de hacer poco. Cada avemaría, cada gloria, cada misterio de tu rosario deberían ir cargados de una especial ternura y delicadeza, ni siquiera atenuadas por la repetición rutinaria. Aunque se te amontonen las ocupaciones o te pueda la desgana, nunca dejes tu rosario diario. Y si puedes, mejor rézalo en familia. De la mano de María, verás cómo la contemplación de los misterios de Cristo va empapando tu alma y se van imprimiendo en ella los rasgos del Hijo. Cuando te abrumen las preocupaciones, cuando te pesen tus pecados y caídas, cuando todo te resulte desabrido y monótono, cuando la tentación o la desgana espiritual asomen en el horizonte de tu vida interior, agárrate al rosario y descansa en el regazo de tu Madre. Sé fiel en el cariño a la Virgen como Ella lo es a su condición de Madre.
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