LA PRESENCIA DE DIOS EN MEDIO DE LA HISTORIA DEL HOMBRE.



A lo largo de la historia, Dios ha hablado a los hombres de muchas maneras, hoy nos ha hablado por medio de Jesucristo. Él se hace hoy presente en medio de su Iglesia, la Iglesia que él ha querido fundar. Cristo, única promesa de felicidad, se hace presente en la realidad de cada día, en cada hombre y en cada acontecimiento.

Por ello, este blog lo que pretende es reconocer a través de los hechos en la Iglesia, la presencia de Dios en medio de su Pueblo.

viernes, 4 de mayo de 2012

La contrariedad del sacrificio


Muchas veces nos hemos encontrado en situaciones en las que, sin buscarlas, alguien nos ha metido en una especie de callejón sin salida. Sin embargo, con la perspectiva del tiempo, eso que considerábamos malo resulta ser algo beneficioso, pues hemos ganado en experiencia, madurez, o simplemente resultaba el abono desagradable que da frutos hermosos. Por otro lado, hay momentos en los que alguien nos puede favorecer haciéndonos la vida más agradable o darnos una seguridad que no teníamos. Eso, que a corto plazo podría ser útil, quizás a larga suponga un tropiezo cuando se descubren las malas intenciones con las que se nos pretendía ayudar. Ahora bien, cuando nos encontramos en una dificultad, que supone sacrificio y dolor a corto plazo, lo mejor, antes que buscar cualquier excusa para huir de ese sufrimiento, lo mejor puede ser el silencio. Callar ante aquello que no entendemos, antes que hacer un juicio precipitado puede ser lo mejor. ¿No hizo eso Jesús en el pretorio frente a Pilato?
La aplicación a nuestra vida interior es evidente. El sacrificio, por ejemplo, puede suponer, casi siempre, una contrariedad. Se trata de un plus de esfuerzo que ha de vencer nuestra desgana o nuestra pereza. Sin embargo, cuando se hace con generosidad, sin mirarse uno a sí mismo, la recompensa es evidente. En esa entrega a los demás, y con nuestra renuncia, realizamos un bien que dará verdaderos frutos que ayuden a otros en su crecimiento personal. Esa entrega, además, nos ayuda a alcanzar la madurez necesaria para vivir con fortaleza cualquier adversidad. Sin embargo, cuando el sacrificio se hace sólo desde una actitud voluntarista, el corazón se endurece, queda sujeto a todo tipo de susceptibilidades, y los demás pueden volverse un obstáculo para nuestros propósitos egoístas. En cambio, cuando estés pasando ese sacrificio, percibiendo la soledad del cansancio y el agotamiento, no te quejes, interioriza esa entrega si no quieres que te devore la resignación a través de lamentos y excusas. Perderías, entonces, la fuerza de esa generosidad que busca hacer el bien a los demás. La gracia te ayudará a unirte a la entrega de Cristo en la Cruz, la que hizo por ti y por mi, y a hacer el bien desde el silencio de Dios, que es el que juzga la bondad de nuestros actos.

Mater Dei
Archidiócesis de Madrid

1 comentario:

  1. Cacharros rotos con lañas, son los trofeos de nuestra vida. El Señor en su silencio los ha reparado para ser recipientes de algo. Como decía San Agustín: " El Señor nunca manda lo imposible, pero nos ordena hacer lo que podemos, y pedir lo que no está en nuestra mano hacer."

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