LA PRESENCIA DE DIOS EN MEDIO DE LA HISTORIA DEL HOMBRE.



A lo largo de la historia, Dios ha hablado a los hombres de muchas maneras, hoy nos ha hablado por medio de Jesucristo. Él se hace hoy presente en medio de su Iglesia, la Iglesia que él ha querido fundar. Cristo, única promesa de felicidad, se hace presente en la realidad de cada día, en cada hombre y en cada acontecimiento.

Por ello, este blog lo que pretende es reconocer a través de los hechos en la Iglesia, la presencia de Dios en medio de su Pueblo.

martes, 18 de septiembre de 2012

Cultivar la gratuidad

Te mueves en un ambiente en que, de forma más o menos sutil, parece que domina el afán de poseer y el interés egoísta, y no sólo en el ámbito de lo material. Al afán desmedido y desordenado de tener cosas y las mejores cosas, suelen acompañar otras ambiciones de tener buena opinión ante los demás, de no perder cargos y títulos, de aparentar, de ser valorado y reconocido, de influir, de creerse imprescindible, de estar informado de chismes y curiosidades, de tener siempre la última palabra y el mejor criterio. La ambición de poseer se alía fácilmente con el afán de poder, y de ahí nace esa mentalidad tan utilitarista y pragmática que es capaz de servirse de las personas como de peones de ajedrez. ¿De qué te sirve ganar todo el mundo si pierdes tu alma? La gratuidad habla mucho de Dios. No es injusta y boba ingenuidad, sino una generosidad magnánima que, si quiere ser verdadera y constante, requiere de un ánimo fuerte y prudente. Sé generoso con tu tiempo, con tus cualidades, con tu simpatía, con tus bienes, con tus favores, al escuchar, al cumplir tus deberes laborales y familiares. No te limites a cumplir los mínimos de cortesía. Cultiva a tu alrededor la gratuidad, sabiendo que tendrás que poner muchas veces a disposición de otros tus dos mejillas, tu túnica y tus sandalias. Tu ganarás mucho en desprendimiento y libertad interior, y los demás estarán recibiendo, a través tuya, un poco de Dios. Pero, por encima de todo y de todos, hay que tener corazón generoso y gratuito con Dios. Con El no seas un frío y cumplidor contable. ¿Qué tienes que no hayas recibido de El? Mira cuánta salvación te trajo aquel generoso sí de María en la encarnación, que no hubiera existido jamás si nuestra Madre se hubiera detenido a explicarle al ángel todas sus pegas, sus intereses, sus miedos, sus planes de vida y hasta lo que podrían pensar de ella todas sus vecinas. 

Mater Dei
Archidiócesis de Madrid

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