LA PRESENCIA DE DIOS EN MEDIO DE LA HISTORIA DEL HOMBRE.



A lo largo de la historia, Dios ha hablado a los hombres de muchas maneras, hoy nos ha hablado por medio de Jesucristo. Él se hace hoy presente en medio de su Iglesia, la Iglesia que él ha querido fundar. Cristo, única promesa de felicidad, se hace presente en la realidad de cada día, en cada hombre y en cada acontecimiento.

Por ello, este blog lo que pretende es reconocer a través de los hechos en la Iglesia, la presencia de Dios en medio de su Pueblo.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Sé optimista


Mientras exista el pecado, siempre encontrarás a tu alrededor motivos de queja y de lamentación. Hay un optimismo meramente humano ante las cosas, acontecimientos y personas que, confundido con la buena educación, termina por no infundir esperanza en el ánimo de los que sufren. Esa esperanza meramente humana tarde o temprano se deshoja, como todo lo humano, ahogada por el cansancio ante el mal y la injusticia. Tu fe debe hacerte vivir ese otro optimismo humano que nace de la esperanza sobrenatural y que no tiene nada de iluso o irreal. Esa actitud optimista y positiva ante la vida, aun en medio de sufrimientos y pruebas, nace de tu confianza ciega en la providencia de Dios y se convierte en un inagotable manantial de fuerza y de firmeza para sobrellevar las contrariedades de la vida con ánimo sobrenatural. Sé optimista al juzgar y valorar personas y acontecimientos, contagia a tu alrededor visión positiva de las cosas, no te dejes vencer por el desánimo cuando el mal, la injusticia, la mediocridad o el pecado parezcan campar a sus anchas en el ambiente que te rodea. Piensa en la fuerza de la Cruz, con la que Cristo ya ha vencido toda muerte y todo mal. Asómate, como los niños, por encima de la tapia de este pequeño mundo que te ha tocado vivir y descubrirás la inmensidad de una eternidad que late viva en cada acontecimiento de tu vida y de tu historia. Que nada, ni siquiera tu estado de ánimo, logre ensombrecer y arrugar tu semblante sereno y suavemente alegre con el que el amor de Dios, a través tuya, sonríe a los hombres.  

Mater Dei
Archidiócesis de Madrid

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