LA PRESENCIA DE DIOS EN MEDIO DE LA HISTORIA DEL HOMBRE.



A lo largo de la historia, Dios ha hablado a los hombres de muchas maneras, hoy nos ha hablado por medio de Jesucristo. Él se hace hoy presente en medio de su Iglesia, la Iglesia que él ha querido fundar. Cristo, única promesa de felicidad, se hace presente en la realidad de cada día, en cada hombre y en cada acontecimiento.

Por ello, este blog lo que pretende es reconocer a través de los hechos en la Iglesia, la presencia de Dios en medio de su Pueblo.

martes, 19 de abril de 2011

“Antes que el gallo cante” (mt 26,34)


Poco le duraron a Pedro los entusiasmos, propósitos y decisiones que había ido fraguando en su corazón fogoso durante aquella última Pascua que el Maestro acababa de celebrar. Toda la cena pascual fue tan desconcertante, tan sobrecogedora y nueva, en un clima de tanta intimidad con el Maestro, que los once apóstoles hicieron eco a Pedro confesándole ardientemente a su Señor que jamás le negarían y que estaban dispuestos a morir aquella noche con Él. Aquella última cena terminó bien entrada la noche y, a las pocas horas, en cuanto asomaron por el horizonte los primeros atisbos de juicio, flagelación y crucifixión, el miedo paralizó aquellos corazones débiles y asustadizos. Pedro negó al Maestro antes de que los gallos llegasen a cantar anunciando el alba y saboreó, entonces, la vergüenza y el dolor de haberse confiado en la fuerza autosuficiente de su propia soberbia.

Hay mucho de este Pedro en nosotros cuando nos entusiasmamos con el bien de las almas, el seguimiento de Cristo, la entrega apostólica o el atractivo por la oración pero, pasados los primeros fervorines, comenzamos a perder el gusto, la ilusión y el entusiasmo por las cosas de Dios. Y, sin embargo, en esa negación dolorosa y arrepentida de Pedro, el apóstol ofreció a su Maestro un amor mucho más grande, más realista, más maduro, más precioso, que aquel que, horas antes, había demostrado en el Cenáculo. El Señor no cambia. Somos nosotros los que cambiamos al vaivén de nuestros estados de ánimo, problemas, dificultades, sentimentalismos o conveniencias. Tu amor a Dios ha de pasar del sentimiento a las obras y de las ideas a la vida, si no quieres estancarte en un amor infantil e inmaduro que no es capaz de llegar a la Cruz.



Archidiócesis de Madrid

1 comentario:

  1. Pues si, aunque suene duro, es la verdad. Es en el dia a dia y con reponsabilidad a la fe que se nos esta dando, cargando con madurez la cruz del unico modo que podemos ser como el maestro. Pero que dificil resulta, supongo que tanto como cuando eramos pequeños y comenzamos a dar los primeros pasos.

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