LA PRESENCIA DE DIOS EN MEDIO DE LA HISTORIA DEL HOMBRE.



A lo largo de la historia, Dios ha hablado a los hombres de muchas maneras, hoy nos ha hablado por medio de Jesucristo. Él se hace hoy presente en medio de su Iglesia, la Iglesia que él ha querido fundar. Cristo, única promesa de felicidad, se hace presente en la realidad de cada día, en cada hombre y en cada acontecimiento.

Por ello, este blog lo que pretende es reconocer a través de los hechos en la Iglesia, la presencia de Dios en medio de su Pueblo.

jueves, 28 de junio de 2012

El amor necesita orar

No creas que la oración consiste sólo en repetir avemarías o en recitar padrenuestros. La oración es una necesidad del amor pues, cuando comienzas a gustar la intimidad de Dios, buscas estar con Él y deseas amarle. Poco sabe de verdadero amor quien no sabe de oración. Y poco conoce a Dios quien no le trata a solas, en la intimidad del silencio interior. Porque, si no tratas a diario con Dios, terminas haciendo de Él una idea, cada vez más lejana y ajena a tu vida.
Entre los quehaceres diarios, has de reservar un tiempo para estar a solas con Dios y orar con Él. Es bueno fijar, para cada día de la semana, la hora y el lugar de tu oración. Y has de ser fiel a esa cita diaria, aunque no tengas ganas y no te apetezca, aunque tengas otras muchas cosas urgentes que hacer, aunque estés cansado, aunque te aburras y te distraigas. De ese poco de agua que bebas cada día en la fuente de tu oración depende la fecundidad o esterilidad de esa tierra de tu alma, que cada día siembras de tanto activismo y dispersión. Pero, que tu oración no sea un cumplimiento voluntarista o interesado, una ocasión para alimentar tu vanidad y soberbia espiritual. Una oración que nos hace creer que ya somos buenos, porque rezamos, que no nos mueve a cambiar de vida, o que no fructifica en obras concretas de santidad y de mucha renuncia a uno mismo, termina siendo un engaño espiritual y una puerta al más sutil puritanismo. El amor necesita orar. No una vez; tampoco de vez en cuando. El amor necesita orar siempre, en todo, porque no puede dejar de amar siempre y en todo.


Mater Dei
Archidiócesis de Madrid

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