LA PRESENCIA DE DIOS EN MEDIO DE LA HISTORIA DEL HOMBRE.



A lo largo de la historia, Dios ha hablado a los hombres de muchas maneras, hoy nos ha hablado por medio de Jesucristo. Él se hace hoy presente en medio de su Iglesia, la Iglesia que él ha querido fundar. Cristo, única promesa de felicidad, se hace presente en la realidad de cada día, en cada hombre y en cada acontecimiento.

Por ello, este blog lo que pretende es reconocer a través de los hechos en la Iglesia, la presencia de Dios en medio de su Pueblo.

lunes, 19 de agosto de 2019

Pensamiento

19.08.2019

PADRE PIERINO: Sólo la humildad garantiza la solución incluso de los problemas más difíciles.

Solo l’umiltà garantisce la soluzione dei problemi anche più difficili.


PADRE PÍO:

Venga pronto el reino de Dios; santifique a su Iglesia este piadosísimo Padre; derrame abundantemente su misericordia sobre aquellas almas que hasta ahora no lo han conocido. Destruya el reino de satanás; ponga en evidencia, para confusión de esta bestia infernal, todas sus malas artimañas; haga conocer a todas las almas las claves para engañar de este triste cosaco. Este tiernísimo Padre ilumine las inteligencias de todos los hombres y llame a sus corazones, para que los fervorosos ni se enfríen ni reduzcan la marcha en los caminos de la salvación; los tibios se enfervoricen; y aquellos que se le han alejado retornen a él. Disipe también y confunda a todos los sabios de este mundo para que no combatan e impidan la propagación del reino. En fin, que este Padre tres veces santo aleje de su Iglesia las divisiones que existen e impida que se produzcan otras nuevas, para que haya un solo redil y un solo Pastor. Centuplique el número de las almas elegidas; envíe muchos santos y doctos ministros; santifique a los actuales y haga que, por medio de ellos, retorne el fervor a todas las almas cristianas. Aumente el número de los misioneros católicos, porque, todavía de nuevo, nos tenemos que lamentar con el divino Maestro: «La mies es mucha y los trabajadores son pocos».

(8 de marzo de 1915, a Anita Rodote – Ep. III, p. 61)


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