LA PRESENCIA DE DIOS EN MEDIO DE LA HISTORIA DEL HOMBRE.



A lo largo de la historia, Dios ha hablado a los hombres de muchas maneras, hoy nos ha hablado por medio de Jesucristo. Él se hace hoy presente en medio de su Iglesia, la Iglesia que él ha querido fundar. Cristo, única promesa de felicidad, se hace presente en la realidad de cada día, en cada hombre y en cada acontecimiento.

Por ello, este blog lo que pretende es reconocer a través de los hechos en la Iglesia, la presencia de Dios en medio de su Pueblo.

domingo, 14 de julio de 2019

Pensamiento

13.07.2019

PADRE PIERINO: La caridad es acogida, sonrisa, abrazo, disponibilidad, servicio.  Ella dona alegría, paz, afabilidad, sinceridad, amor y afecto recíproco.  La caridad, con un recuerdo inolvidable, crea una amistad más profunda.

La carità è accoglienza, sorriso, abbraccio, disponibilità, servizio. Essa dona gioia, pace, affabilità, sincerità, reciproco amore e affetto. La carità, con un indimenticabile ricordo, crea un’amicizia più profonda.


PADRE PÍO:

Por grande que sea la prueba a la que te someta el Señor, por insostenible que sea la desolación del espíritu en ciertos momentos de la vida, no te desanimes nunca. Recurre con mayor abandono filial a Jesús, que no podrá quedarse sin concederte una gota de refrigerio y de consuelo. Recurre a él siempre, incluso cuando el demonio, para amargarte los días de tu vida, te recuerde tus pecados. Eleva tu voz a él con fuerza, la voz de la humildad del espíritu, de la contrición del corazón y de la plegaria de los labios.

Ante estas demostraciones, Raffaelina, es imposible que Dios no te mire con agrado, que no ceda, que no se rinda. El poder de Dios, es verdad, triunfa de todo; pero la oración humilde que brota del sufrimiento vence al mismo Dios; detiene su brazo, apaga su furia, lo desarma, lo vence, lo aplaca y lo vuelve, por así decirlo, en dependiente y amigo.

¡Oh!, si todos los hombres llegaran a experimentar en sí mismos, como lo hicieron el publicano del templo, Zaqueo, la Magdalena, san Pedro y tantos ilustres penitentes y piadosos cristianos, este gran secreto de la vida cristiana, enseñada por Jesús con hechos y palabras, ¡qué abundante fruto de santidad experimentarían en ellos! Conocerían enseguida este secreto; por este medio llegarían pronto a vencer la justicia de Dios, a aplacarla por muy airada que estuviera contra ellos, a cambiarla en amorosa piedad, a obtener todo lo que necesitaran: el perdón de los pecados, la gracia, la santidad, la salvación eterna y la fuerza para combatir y vencerse a sí mismos y a todos sus enemigos.


(7 de septiembre de 1915, a Raffaelina Cerase – Ep. II, p. 482)


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