LA PRESENCIA DE DIOS EN MEDIO DE LA HISTORIA DEL HOMBRE.



A lo largo de la historia, Dios ha hablado a los hombres de muchas maneras, hoy nos ha hablado por medio de Jesucristo. Él se hace hoy presente en medio de su Iglesia, la Iglesia que él ha querido fundar. Cristo, única promesa de felicidad, se hace presente en la realidad de cada día, en cada hombre y en cada acontecimiento.

Por ello, este blog lo que pretende es reconocer a través de los hechos en la Iglesia, la presencia de Dios en medio de su Pueblo.

miércoles, 31 de julio de 2019

Pensamiento

31.07.2019

PADRE PIERINO: Entre las pequeñas cosas por evitar está la mentira, que puede acostumbrarte a deshilachar la verdad y volverte falso.  Sólo la obediencia a Cristo-verdad es el antídoto para todo tipo de mentira, incluso la calumnia, suministrada con las pequeñas mentiras.

Tra le piccole cose da evitare è la bugia, che può abituarti a sfilacciare la verità e renderti falso. Solo l’ubbidienza a Cristo-verità è l’antidoto ad ogni tipo di bugia, anche la calunnia, somministrata con le piccole bugie.


PADRE PÍO:

Mantened vuestros propósitos; permaneced en la barca en la que os ha puesto el Señor; y venga incluso la tempestad; ¡viva Jesús!, vosotras no pereceréis. Él dormirá, pero, en el momento oportuno, se despertará para devolveros la calma. Nuestro san Pedro, dice la escritura, viendo la tempestad tan violenta, se asustó y, temblando, exclamó: «Señor, sálvame». Y nuestro Señor, tomándolo de la mano, le dijo: «Hombre de poca fe, ¿por qué temes?». Fijaos, hijas, en este santo apóstol: él camina a pie enjuto sobre las aguas; las olas y los vientos no sabrían sumergirlo; pero el miedo al viento y a las olas lo desanima. El miedo es un mal mayor que el mismo miedo.

Hijas de poca fe, ¿qué teméis? No, no temáis; caminad sobre el mar entre los vientos y las olas; pero recordad que estáis con Jesús. ¿Qué motivos tenéis para temer? Pero, si os sorprende el miedo, gritad con fuerza: ¡Señor, sálvanos! Él os alargará la mano; agarradla con fuerza y caminad con alegría.

En resumen, no filosoféis sobre vuestros defectos; no repliquéis; seguid adelante con sinceridad. No, Dios no sabría perderos, cuando vosotras, para no perderlo, insistís en vuestros propósitos. Que el mundo arda, que todo esté en tinieblas, en humo, en tumulto; pero Dios está con vosotras. ¿De qué, pues, tendremos miedo? Si Dios permanece en las tinieblas y sobre el monte Sinaí, entre relámpagos y truenos, ¿no podemos estar contentos sabiendo que estamos cerca de él?


(8 de marzo de 1918, a las hermanas Ventrella – Ep. III, p. 576)


 


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